sábado, 31 de octubre de 2015

Cafetín de Buenos Aires

Cafe de los angelitos

EL CAFÉ: UN CAMBIO VISIBLE
Cómo olvidarte en esta queja,
cafetín de Buenos Aires,
si sos lo único en la vida
que se pareció a mi vieja...
En tu mezcla milagrosa
de sabihondos y suicidas,
yo aprendí filosofía... dados... timba...
y la poesía cruel
de no pensar más en mí.

Tango Cafetín de Buenos Aires, Mores-Discepolo, 1948

Hace algunos años todas las tardes en Buenos Aires varios cientos de bares y café se veían invadidos por miles de varones que en grupos de 3 a 7 charlaban y señalaban su presencia por el infaltable humo de su cigarrillo que imperó por varias décadas en mi país (hasta la década de 1990) Permanecían en ellos algunas horas y en general como dice el tango, hablaban, filosofaban. Los temas preferidos por estas reuniones de hombres eran la política, el fútbol, las mujeres, el mundo ancho y ajeno y por eso los bares no le gustaban a las dictaduras. Desde el café "se arreglaba" el mundo. 
El pocillo de café barato y muchas veces pagados por los amigos, sí, el café era barato.
Más rara era la presencia de mujeres que cuando concurrían se ubicaban por lo general en los “reservados”  Alicia Moreau de Justo, una mujer, entró al Tortoni recién en 1935.  
Aunque obvio, estos lugares solían no tener televisores hasta los 90'
Es otra de las tantas postales del Buenos Aires antiguo que ya no puede observarse.
Antes las mujeres no se interesaban por el fútbol y no iban a la cancha a ver el partido pero eso ahora ha cambiado.
Claro que quedan café y bares en Buenos Aires pero no son los que menciona el tango: escuela de todas las cosas, lugar de aguante, psicoterapia de grupo, consumo mínimo a un café, “lo varonil” tan desprestigiado hoy en día, tan sospechado de machismo.

Ver más en http://lamagahoy.blogspot.com.ar/2014/11/nostalgias-de-mi-ninez.html



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