martes, 25 de diciembre de 2007

HOJAS DEL ARBOL CAIDAS 2007



Foto de Zoa Cortiguera Abascal --Las Fotos de Zoa--

Sabemos que todo tiene un final, que todo termina. El corte, el borde, el límite. Y las fiestas tienen el sabor agridulce de lo que ya nunca más será y de lo que está por venir. Momento de alegría y tristezas, de balances personales, de lo que pudo ser, de lo que no fue, de quienes ya no están y de quienes desearíamos que estén. Todo eso se mezcla en las fiestas.

De todas formas parece tener un efecto tranquilizador, como todo límite bien puesto. Límite-fin que arrollamos con los nuevos y buenos deseos del próximo año, con los sueños y todo lo que haremos, los mundos que descubriremos, la persona que buscamos, territorio de nuestros deseos más grandes.

Por experiencia sabemos que “el lunes empiezo” tiene la fuerza de la excusa. El 2008 haré todo lo que me quedó en el tintero este 2007.

Porque planear y soñar nos brinda la fuerza necesaria, que emplearemos en el 2008, que igual que este año, tendrá un final, donde ocurrirá de nuevo todo esto. Dicen que renovarse es vivir, aunque prefiero acordarme que en el único lugar adonde “éxitos” figura antes de “trabajo”, es en el diccionario.

Y remaremos de nuevo y despacio hacia lo que queremos conseguir, sabiendo que el camino será difícil como lo ha sido siempre. O… nos aturdiremos con birra y alcohol, o emprenderemos un viaje hacia los 10.000 destinos posibles de nuestras vida.

Serena la mirada, firme la voz…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario